domingo, 9 de noviembre de 2014

Actividad nº 7 "La acción tutorial en mi Secundaria"

En esta entrada haré una breve pincelada de lo que recuerdo de mi experiencia en lo relacionado a la acción tutorial. Cabe aclarar que yo finalicé mi Bachillerato allí por el año ´81 (más de treinta años atrás) en Bs. As. , Argentina, y que por aquel entonces mi país vivía bajo una dictadura militar y estábamos próximos a mantener un "conflicto" armado con el Reino Unido (una guerra) por la disputa de la soberanía de las Islas Malvinas. Digo todo esto, porque creo encontrar en todo este contexto las causas por las que el Sistema Educativo de aquel entonces y en aquel país, visto desde ahora, me parece más que peculiar y probablemente, había unas cuantas cuestiones, entre ellas la acción tutorial, que se quedaban por el camino.

Por supuesto que a diferencia de cómo se programa hoy en día la tutoría, en aquel entonces no teníamos en el horario un espacio especialmente dedicado a ella; ni tampoco en secundaria teníamos un profesor tutor. A decir verdad, no recuerdo quién cumplía esa función. Simplemente recuerdo que la "orientación profesional", sí se realizó al promediar el último curso de Bachillerato; recuerdo que tuve un par de entrevistas con un psicopedagogo que constató que yo tenía muy definida mi vocación como músico y que "no había nada que hacer". Con este panorama, es que prefiero hablar de una maestra de Educación Primaria, de la que recuerdo un hecho en concreto que hoy lo podría asociar, por un lado a la acción tutorial, pero sobre todo, a su compromiso como docente con la educación.

Estaba yo cursando mi 4º de primaria (9 años) y en mi familia se acababan de producir unos cuantos cambios. Acababa de nacer mi hermana (la tercera en orden de nacimientos), nos habíamos mudado de casa y por ende yo acababa de cambiarme de colegio a mitad de curso, y me habían regalado un perro. Parece ser que todos estos cambios, aunque casi todos eran motivo de alegría (el cambio de colegio quizás era el único traumático), hicieron que yo en mi rendimiento académico estuviese un tanto despistado (me olvidaba de hacer los deberes, escribía con una letra igual de horrorosa que la que aún mantengo pero en tamaño gigante, mis cálculos matemáticos daban resultados inexplicables) y parece ser que todos estos "síntomas" llamaron la atención de mi maestra. Lo que recuerdo es que ella se ofreció para que yo fuese por las tardes a su casa para darme clases de apoyo y durante unos cuantos meses yo fui varios días a la semana a su casa y mientras ayudaba a sus hijos con sus deberes, me ayudaba a mí con lo míos. Por supuesto que lo hizo de forma totalmente desinteresada (gratis) y a día de hoy, es cuando realmente puedo valorar ese gesto, de aquella maestra que, seguramente muy comprometida con su labor, hizo todo lo posible por rescatarme de aquel pequeño bache.

Vaya hoy todo mi agradecimiento a mi maestra de 4º de primaria del año 1973.

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